Si la pandemia fue una amenaza real para la economía mundial, ahora las preocupaciones se centran en el conflicto bélico de Rusia y Ucrania. El engranaje del circuito económico ya quedó seriamente deteriorado por la pandemia en el 2020. Por el lado de la oferta, la ruptura en la cadena de distribución, la escasez de materias primas, el cierre de puertos y aeropuertos, etc., afectaron seriamente la logística de la circulación de bienes y servicios.
Por el lado de la demanda, la pandemia produjo fuertes cambios en las pautas de consumo de las familias y generó una mayor propensión al ahorro.
Pero luego del alivio, del oxígeno que constituyo el año 2021 para la economía, una economía con nuevos paradigmas, con nuevos retos, que empezó a recuperar su dinamia, en febrero del 2022, la invasión de Rusia a Ucrania introdujo nuevos elementos de temor.
Uno de ellos es la presencia de la inflación, que es ya una realidad en buena parte de los países del mundo. El aumento del precio del petróleo, del gas, de los fertilizantes, pesticidas, de abonos químicos, de las materias primas, de los microcomponentes, de materiales de construcción, etc., ha significado un crecimiento generalizado de precios al 8,5% en Estados Unidos; 9,8% en España; 7,1% en Alemania; 6,2% en Inglaterra; 10,5% en Brasil y 8,5% en Colombia, solo para citar a algunos de nuestros principales socios comerciales.
Ecuador con 2,7% de inflación, y la importante diferencia de proporciones, también ha sentido el efecto del fenómeno mundial y registra 8 meses consecutivos de aumento de precios en los bienes que conforman la canasta familiar.
Pero la presión inflacionaria, no solo viene por el lado de la oferta, sino también por recalentamiento de la demanda ocasionada por los amplios y generosos programas de inyección monetaria que se implementaron en buena parte de los países del mundo para reactivar las economías de la aparatosa caída del 5.5% en el año 2020, el año de la pandemia. El gobierno de Estados Unidos inyectó casi 4 trillones de dólares, la Unión Europea un monto similar y casi todos los países permitieron a sus bancos centrales emitir dinero y canalizar esa liquidez a bancos y gobiernos.
Ahora, frente a las presiones inflacionarias, la autoridad monetaria está reversando lo hecho, recogiendo el excedente de la liquidez de los bancos, eliminando los subsidios directos del gobierno y subiendo gradualmente la tasa de interés.
El efecto esperado de esta política será una contracción del crecimiento de la economía que, con una inflación alta, conforman un escenario de estanflación (estancamiento + inflación). Este es el ciclo que le espera a la economía mundial en el plazo inmediato, es el tema que se discute en medio académicos y en los principales foros de discusión de la economía mundial.
Autor: Eco. José Samaniego P. – Gerente General Anefi S.A.