September 8, 2025

Medio año de complicaciones para el sector petrolero

La industria petrolera ecuatoriana enfrenta una de sus crisis más profundas en décadas, por una serie de eventos desafortunados que han puesto en jaque su capacidad operativa y su contribución económica al país.

La producción nacional sufrió un desplome histórico, al registrar apenas 31.831 barriles diarios el 22 de julio pasado, según cifras oficiales del Banco Central del Ecuador (BCE). Esta cifra representa un mínimo no visto en más de veinte años, y marca un punto crítico en un contexto de deterioro progresivo.

El golpe más fuerte vino con la erosión regresiva del río Coca que, a finales de junio, dañó tramos críticos del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) y del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP), los dos principales sistemas de transporte de petróleo del país.

Estas afectaciones obligaron a suspender sus operaciones, provocando un cuelgue histórico en la capacidad de extracción y transporte de crudo. El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) dispuso iniciar estudios para la construcción de una variante definitiva que permita reubicar ambos oleoductos y evitar así futuros daños por la erosión fluvial, aunque esta ha sido una intención de las autoridades durante años, con escasos avances concretos.

Sin embargo, la situación del sector petrolero ya arrastraba problemas antes de la rotura de los oleoductos, como reflejan los datos de exportación.

Entre enero y mayo de 2025, Ecuador exportó 57.286 miles de barriles, una disminución del 7,7% respecto al mismo periodo de 2024, cuando se enviaron 62.053 miles de barriles.

El valor FOB (en dólares a precio de exportación) de estas exportaciones bajó un 19,4%, pasando de 4.322,5 millones de dólares en 2024 a 3.483,3 millones en 2025. Esta caída se vio acompañada por un descenso del 12,7% en el precio unitario promedio por barril, que pasó de 69,7 a 60,8 dólares, afectado por la volatilidad de los mercados internacionales y la calidad del crudo exportado.

Paralelamente, la Refinería de Esmeraldas, la más grande de Ecuador con capacidad para procesar hasta 110.000 barriles diarios, sufrió un incendio el 26 de mayo de 2025 que la mantuvo paralizada por dos meses. El siniestro dañó unidades críticas, como la Subestación Eléctrica D y varios tanques de fuel oil, imposibilitando el reinicio inmediato de operaciones.

Petroecuador declaró la emergencia para acelerar las reparaciones urgentes. A finales de julio, la refinería reactivó parcialmente sus unidades, lo que permite retomar gradualmente el despacho de asfalto, diésel, jet fuel, fuel oil, azufre y gasolinas, productos clave para la economía nacional y el transporte.

Esta serie de problemas ha impactado severamente en las finanzas públicas. Según datos del ministerio de Economía y Finanzas, los ingresos petroleros al presupuesto general del Estado han caído un 34% hasta julio de 2025, lo que agrava la ya complicada situación fiscal del país y limita la capacidad del gobierno para invertir en otros sectores estratégicos.

Tras este panorama adverso, la producción de petróleo muestra señales de recuperación.

Para el 28 de agosto de 2025, la extracción diaria se situó en 471.480 barriles. Sin embargo, la estabilidad plena y la recuperación completa del sector dependerán de la rápida ejecución de obras de reparación, la construcción de la variante definitiva para los oleoductos y la operatividad normal de la Refinería de Esmeraldas.

Este difícil primer semestre ha evidenciado la necesidad de un cambio de rumbo en la industria petrolera ecuatoriana, con mayor enfoque en la sostenibilidad, diversificación y modernización de la infraestructura, así como en la mejora de la gestión y prevención de riesgos.

El Plan Nacional de Desarrollo tiene como meta hasta el 2029 garantizar una gestión eficiente, responsable y sostenible de los recursos naturales no renovables con la optimización de la producción de hidrocarburos. También busca incrementar el promedio diario del volumen de producción de hidrocarburos de 478.737,19 barriles de petróleo diarios (BPD) en el 2024 a 500.881,96 BPD al 2029.

Entre sus estrategias están: impulsar proyectos de inversión pública y privada “que fortalezcan la cadena de valor del sector hidrocarburos, priorizando tecnologías eficientes y sostenibles, dentro de un marco normativo claro, competitivo y acorde al contexto nacional e internacional que permita reducir los pasivos ambientales.”

Autor: Carolina Enríquez Paredes

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