June 5, 2025

La recesión se disipa, pero Ecuador siente los efectos de la guerra comercial

Tras seis meses de 2025, el temor a una recesión global parece esfumarse.

El principal motivo es la reciente distensión entre Estados Unidos y China, cuyas amenazas comerciales habían agitado los mercados en los últimos meses. Ambas potencias alcanzaron un acuerdo para reducir, de forma significativa, sus aranceles mutuos durante un período de 90 días, marcando una importante tregua en su guerra comercial. El secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, confirmó que la medida busca aliviar las presiones sobre el comercio global y dar espacio a negociaciones más profundas entre ambas economías.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya advertía, incluso antes de la tregua comercial entre EE. UU. y China, que la economía global se enfriaría, aunque sin entrar en recesión. Según su proyección actualizada, con datos hasta abril, el crecimiento mundial se desacelerará a 2,8% en 2025 y 3% en 2026, debido al aumento de las tensiones comerciales impulsadas por Estados Unidos y a una creciente incertidumbre en las políticas económicas.

Estas cifras representan una corrección a la baja de 0,8 puntos porcentuales respecto a las estimaciones de enero y se ubican por debajo del promedio histórico.

En EE.UU., el crecimiento caería a 1,8%, afectado por la menor demanda y la incertidumbre política; en la zona euro sería de apenas 0,8%. En las economías emergentes y en desarrollo, la expansión se moderará a 3,7%, con recortes marcados para países como China: 0,6 puntos porcentuales menos, lo que significarían un aumento de su Producto Interno Bruto (PIB) del 4%.

La inflación global continuará descendiendo, aunque a un ritmo más lento, con mayores presiones en las economías avanzadas.

¿Cómo está afectando a Ecuador la nueva política de Estados Unidos y las tensiones comerciales a escala global? Por ahora, parece que no ha golpeado al intercambio comercial del país.

En el primer trimestre de 2025, las exportaciones totales de Ecuador aumentaron un 15,2 % en comparación con el mismo período de 2024. Este crecimiento estuvo impulsado, principalmente, por el sólido desempeño del sector no petrolero, cuyas exportaciones crecieron un 26,8% interanual y alcanzaron los USD 7.048 millones.

Con una participación del 75,8 % sobre el total exportado, este segmento continúa consolidándose como un motor clave del comercio exterior y del desarrollo económico del país.

Entonces, ¿cuál ha sido el impacto de las políticas de Donald Trump en la economía ecuatoriana? Uno de los principales efectos indirectos ha sido la caída del precio del petróleo, lo que ha generado complicaciones significativas para la economía local.

El precio del barril pasó de, aproximadamente, USD 70 en enero de 2025 a cerca de USD 60 en mayo del mismo año.

Esta disminución ha tenido un efecto directo en las exportaciones petroleras, que representaron el 24,2 % del total exportado en el primer trimestre de 2025, frente al 31,2% registrado en el mismo período de 2024.  En términos de valor, las exportaciones petroleras se redujeron en un 10,5%, afectadas tanto por el menor precio promedio del barril (USD 64,6) como por la disminución en la producción derivada del cierre del bloque ITT.

En este contexto, el dinamismo del sector no petrolero ha sido clave para sostener el desempeño comercial del país, permitiendo compensar parcialmente el impacto negativo generado por la contracción de los envíos petroleros, en un entorno internacional complejo y marcado por factores externos adversos.

Y la situación es compleja, al menos, en el mediano plazo.

En abril, JP Morgan mantuvo su proyección del precio del petróleo Brent en USD 66 por barril para 2025 y 58 para 2026, pese a los cambios recientes en la política comercial de EE.UU.

Aunque algunos anticipan un repunte hacia los USD 70, impulsado por acuerdos comerciales y desregulación, la firma considera que esa “ventaja” no se extiende al sector energético.

También ha indicado que la administración Trump sigue priorizando la reducción del precio del crudo —idealmente a USD 50 o menos— como estrategia para controlar la inflación.

Autor: Carolina Enríquez Paredes

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