September 22, 2025

2025, el año de la recuperación: Ecuador crecerá 3,8%

Todo apunta que en 2025 la economía ecuatoriana saldrá del bache, luego de un 2024 marcado por la recesión producto de la inseguridad y la crisis energética.

El Banco Central del Ecuador (BCE) informó el 15 sus nuevas proyecciones para el crecimiento de la economía: el Producto Interno Bruto (PIB) aumentará 3,8% en 2025, un punto porcentual por encima de la previsión de abril (2,8%).

El ajuste refleja el buen desempeño de la economía en el primer semestre, cuando el PIB creció 3,9%. Esta expansión se sustenta en una recuperación del consumo de los hogares, la inversión privada y el dinamismo de las exportaciones no petroleras. Se trata de un giro respecto a 2024, cuando la economía cayó 2%, impactada por la violencia criminal, apagones eléctricos y la paralización de oleoductos.

El BCE destaca que la agricultura será el motor del repunte. Este sector crecerá 13% en 2025, impulsado por mayores exportaciones de banano, cacao y flores, así como por un aumento en la demanda interna. La manufactura de alimentos también jugará un papel central, con una expansión de 8,1%.

Estos sectores no petroleros compensan la caída prevista en la explotación de minas y canteras, que se contraerá 4,6%.

Otros sectores que se perfilan con resultados positivos son comercio (4,7%), actividades financieras y de seguros (3,9%), construcción (2,5%) y transporte y almacenamiento (2,6%). Incluso, actividades rezagadas en años anteriores, como alojamiento y comidas, muestran señales de recuperación con un crecimiento estimado de 2,6%. El aporte de estos rubros evidencia una recomposición hacia actividades intensivas en empleo, lo que podría sostener mejoras en el mercado laboral.


En contraste, el sector petrolero sigue siendo un lastre. La rotura de los oleoductos SOTE y OCP, sumada al cierre progresivo del Bloque 43-ITT y a problemas en la Refinería de Esmeraldas, redujeron la producción y explican la contracción prevista en minas y canteras y en refinados de petróleo (0,4%). Esta debilidad limita el aporte de los ingresos petroleros al fisco, lo que obliga al país a depender más de la recaudación tributaria y de las exportaciones no petroleras.

El repunte de 2025, sin embargo, no elimina los retos estructurales.

El BCE advierte que el crecimiento será menos dinámico en el futuro inmediato: para 2026 prevé una expansión de solo 1,8%. Esto refleja la moderación de la inversión, la reducción de ingresos petroleros y la incertidumbre global por tensiones comerciales.

El escenario también depende de la estabilidad interna. La eliminación del subsidio al diésel y el nuevo mecanismo de fijación de precios, aplicados por el Gobierno de Daniel Noboa, son factores que podrían tener impactos. Aunque el BCE incorporó en su escenario las medidas de compensación, persiste el riesgo de conflictividad social y de mayores costos para sectores productivos sensibles.

Otro elemento de apoyo para 2025 son las remesas, que en el primer trimestre crecieron 23,7% interanual hasta alcanzar un nivel récord. Este flujo de recursos de los migrantes, combinado con una mayor colocación de crédito por parte del sistema financiero, ha fortalecido el consumo de los hogares, principal motor de la recuperación.

La nueva proyección del BCE es más conservadora que la del Gobierno. La ministra de Finanzas, Sariha Moya, ha sostenido que el PIB crecerá entre 4% y 4,5% este año. Organismos internacionales, en cambio, prevén un crecimiento cercano al 3%. En cualquier caso, todas las estimaciones coinciden en que 2025 marca el fin de la recesión y el inicio de un ciclo de expansión, aunque con un techo bajo en comparación con otros países de la región.

El repunte ecuatoriano se da en un contexto internacional complejo. La economía global crecerá 3% en 2025, según el FMI, mientras que América Latina lo hará en 2,2%. Ecuador, con un 3,8%, superará el promedio regional gracias a la resiliencia de su sector agroexportador y al ajuste macroeconómico acordado con el FMI, que asegura financiamiento externo y disciplina fiscal.

El BCE resume el panorama con una idea clave: el 2025 será recordado como el año de la recuperación, pero esa recuperación será frágil si no se sostiene con inversión, confianza y estabilidad política

Autor: Carolina Enríquez

Noticias destacadas